lunes, 18 de enero de 2010

Land Art por Tonia Raquejo

Land Art es un movimiento americano que no se refiere a cualquier escultura al airelibre. Land Art es un término americano originado por Walter de Maria en los 60’s. Lo utilizó para referirse a sus primeras intervenciones en el paisaje. Muchos artistas y autores consideran que no es un movimiento ni un estilo, sino que es una actividad artística. Las obras se pudieran dividir en 3 grupos: las que están conectadas a la acción y a la performance; las obras que provienen de un proyecto y un equipo instrumental; y las obras más íntimas que no utilizan instrumentos y se situan a la mitad de un camino entre preceptos y conceptos.

La ciencia y sus avances fueron relacionados con el arte. En 1969, Neil Amstrong fue el primer hombre que pisó la luna. Este acontecimiento influyó considerablemente en los artistas del Land Art. Dennis Oppenheim creó
Mutación terrestre y Kerney, huella de zapato.

La política también afectó el arte. El gobierno de Nixon fue extremadamente conservador en su “restauración de la ley y el orden”, por lo que crearon un movimiento de resistencia.


El Land Art tiene un carácter efímero y anónimo, las obras, por lo general, se sitúan en lugares inhóspitos. Utiliza a la naturaleza como el escenario artístico, por esto mismo la obra queda documentada por medio de fotos, videos, mapas u otros documentos por los cuales el artista muestra el desarrollo de la obra.


Se exige un espectador con una participación activa. Lo más importante de la obra recae en el proceso del hacer y en las relaciones producidas entre el espectador y la obra.


Beardsley (Earthworks and Beyond) relaciona el Land Art con el romántico ingles y su espíritu experimental. Todo es novedoso, diferente, extraño y hasta peligroso para salir de lo aburido y monótono. Para Javier Maduruelo, el Land Art recoge de lo sublime el afán de superar los límites físicos de la obra, el uso de módulos para indicar un progreso hasta lo infinito, el poder o respeto a la naturaleza; por ejemplo en Campos de relámpagos de Walter de Maria (1977).


Esta obra situada en medio del desierto de Quemado, Nuevo México consta de 400 postes que crean una zona de atracción enérgica produciendo un campo de truenos y relámpagos.



TRAS LAS HUELLAS DE LO PRIMORDIAL


Las obras poseen un aspecto casi ancestral, tienen un acercamiento intencional hacia culturas primitivas. El pensamiento salvaje (1961) y Mito y significado (1972) de Claude Lévi-Strauss son dos obras que cambiaron el concepto de progreso cultural. Según él, entre más avance la sociedad tecnológica, más entenderemos el pensamiento del hombre primitivo.



Algunos artistas utilizan materiales nativos del lugar como Robert Smithson en su obra Muelle en espiral al utilizar rocas que encontró alrededor del Lado Salado, Utah donde la realizó. De esta manera, la metáfora que el artista crea en el paisaje se convierte en la propia naturaleza.




Richard Long también manipula materiales encontrados en el mismo sitio para que sus obras parezcan ser producto de la tierra y no una intervención. Pero la mayoría de las veces, el artista utiliza objetos totalmente ajenos al sitio de ubicación. En la Masa desplazada y reemplazada (1969) Michael Heizer vació un espacio rectangular en el desierto de Nevada y para llenarlo con una roca que trajo de High Suerra, siguiendo la tradición neolítica de instalar grandes masas de piedras en paisajes carentes de ellas.


El lenguaje del Land Art se configura por elementos prehistóricos de carácter abstracto como formas geométricas simples: líneas que atraviesan paisajes, rectángulos escarbados, espirales, círculos, etc. En el arte primitivo, según Giedion, la línea recta representa el tiempo, el círculo simboliza el espacio, además de ser símbolos de lo masculino (línea) y de lo femenino (esfera). La tierra era entendida como un ser andrógino que se autofecunda y se autorreproduce. Artistas como Dennis Oppenheim, Graham Metson, y Keith Arnatt tratan al planeta como un ser vivo con atributos sexuales. En la obra Renacer (1969), Metson excava agujeros en la tierra para introducirse en ellos desnudo en posición fetal como representación de un nacimiento. La naturaleza se convierte en un espacio de experimentación personal.



Lucy Lippart habla sobre en Land Art en su libro Overlay, Contemporary Art and the Art of Prehistory (1983). Según ella, el Land Art ofrece un marco para el feminismo. Las mujeres no sólo indentifican las formas de su cuerpo con las ondulaciones de la tierra como las colinas y montañas, sino que también experimentan en su propio cuerpo los ciclos naturales y hasta planetarios. Los periodos menstruales se relacionan porque están determinados por el ritmo lunar. En Escultura rupestre (1981) hecho en Jaruco, Cuba de Ana Mendieta se puede ejemplificar el feminismo. Lo redondo se asocia a los genitales femeninos siguiendo a la venus prehistórica.



EL DISCURSO DEL TIEMPO


El notable regreso a las culturas primitivas no se entiende como una proyección nostálgica del pasado, sino como una mirada crítica que revisa la actualidad con cierta sospecha.


El historiador George Kubler, especializado en culturas del antepasado, publicó el libro “La configuración del tiempo” en 1962. Proponía una nueva manera de entender al arte. Llamó topológico al tiempo de la historia del arte que describe la trayectoria vital: nacimiento, crecimiento, madurez, decaimiento y muerte. Según él, hay objetos originales que resultan de las conexiones que en un momento dado establece el hombre con su entorno. Rompe el esquema dialéctico de la historia, de ese devenir vectorial que no sólo ordena los sucesos cronológicamente sino que interpreta el futuro como un estado superior.


Aparte de ubicar la obra en los mismos espacios de nuestros antepasados, algunos artistas tratan de ubicarla en un tiempo ahistórico. Por ejemplo, Pierce sitúa a Mujer de la tierra en un lugar muy específico donde el sol coincide, en su puesta del solsticio de verano, con el trasero de la mujer. Esto nos remite a una existencia biológica y a un tiempo vectorial.


El tiempo invertido a una acción lo hace a un devenir momentáneo. En Línea de Tiempo de Oppenheim, introduce su cuerpo como parte de la intervención, se asocia con el movimiento. Entre la frontera de Canadá y EUA, países con diferente horario oficial, recorre en un tractor de nieve la línea imaginaria divisoria espacial. Con esto nos muestra que nuestra vivencia del tiempo no es real, sino convencional.



LOS PLIEGUES DEL ESPACIO


Dos de los temas más relacionados con el Land Art son las construcciones esterales y los laberintos. Gracias a los avances tecnológicos, los viajes espaciales incrementaron y llamaron la atención al hombre.

Charles Ross comenzó en Nuevo México, Albuquerque en 1974 su obra Eje Estelar, pero debido a su complejidad, no se ha terminado.


El laberinto lejos de ajustarse a los límites de una naturaleza regida por el tiempo biológico y cronológico, sale de la realidad newtoniana y sumarse a la experiencia del pasado-presente-futuro en uno solo. Otra vez, las formas y el aspecto de su representación se relacionan con lo prehistórico. Smithson exploró las posibilidades de acceder a un espacio de la ciencia-ficción. En Muelle en espiral (1970) en el Gran Lado Salado, Utah, vemos esta abstracción espacio-temporal. Se identifica con el espiral que dio origen al universo. También revela la doble vertiente del pensamiento: pretende explicar la realidad, pero a la medida que explica, la construye. Nos muestra su doble realidad.


Los artistas insisten en el proceso de la obra y no en el resultado. Ahora exigen a un espectador que tenga una participación activa, que recorra la obra, se mueva, altere sus puntos de vista, ya que es un constructor de una realidad. Las obras no son para ser vistas, sino para ver.


La obra de Heizer Negativo Doble (1970), ubicado en Nevada, consiste de un pasillo enorme excavado. No permite que el observador lo vea en conjunto, sino que tiene que recorrerlo y marcar una relación entre él y el entorno. La visión total es una metáfora de la ampliación del campo de visión.




DIÁLOGOS CON EL LUGAR


El lugar es parte de la obra que juega un papel primordial en el proceso. Se impone e impone sus reglas de comportamiento y de acceso. El artista no debe llegar al espacio con ideas predeterminadas, sino debe descubrir el lugar y sacar a la luz lo que permanece oculto en él. Las obras de Richard Long son resultados de presentimientos del lugar y mantienen una gran relación con su naturaleza. Caminando en círculo (1984), norte de India es una obra de este tipo.


Hay artistas que entienden las marcas del territorio como signos escritos en el paisaje. Por ejemplo, para Smithson una carretera es como una frase y las cosas a su alrededor los signos de puntuación. Una torre: signo de exclamacipon (!), humos son interrogacionones (?), luces son dos puntos (:)... se trata de leer el lugar como un texto, de hacerlo legible. Richard Long también construye formas "gramaticales" al levantar piedras para construir una línea, una frase. En su obra "A Line in Scotland" (1981) se puede observar.



La galería es el lugar donde el artista puede exponer sus obras. Al ser un lugar cerrado límita mucho la percepción del observador. Las obras se exponen a través de fotos, videos, mapas, maquetas, textos, etc. En este lugar es donde se abstrae el proceso.


El site (lugar) es lo físico, la realidad cruda, la tierra o el suelo en el que se interviene. Por otro lado, el non-site (no-lugar) es una abstracción del site, que puede contar con un contenedor y un mapa del lugar. Robert Smithson representa esta interconexión en su obra No-lugar Essen (1969).



Bibliografía:

Raquejo, Tonia. (1998). Land art. Madrid: NEREA.




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